ALGO GRACIOSO
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24.3.08
Hoy supe, una vez más, que uno no es lo que se imagina ser.
Hoy recibimos una madre choteada. Nos sentimos recontra discriminadas. Claro, vale decir que no estuvimos de lo mejor presentadas. Pero una invitación es una invitación y si tu profesor te dice que va a presentarse en una local, pues así sea bueno, feo, caro o barato, los alumnos van a ir a checarte ¿no?.
En fin, luego de rabiar y maldecir a los dioses por la existencia de un ser tan inhumano (lo digo por el hdp que me dijo: “permiso, por favor” y puso una barra de acero entre la puerta y mi cuerpo) nos fuimos a tomar “una” cerveza, que resultaron siendo dos márgaros.
Ya cuando la rabia se nos pasó, pude entender que no lo hizo en mala onda. Lo hizo por que él es así. Ya, ya, esta bien, se llama Pold Gastello y nos invitó, a verlo en una especie de impro que iba a realizar en Mama Batata en Larcomar.
En realidad fue muy gracioso todo lo que paso. Pold nos dijo que el show iba a comenzar a las 9:30pm. Como nosotros salimos de clase a las 8:30pm y la escuela esta muy cerca de Larcomar, decidimos ir después de clase. Sin cambiarnos. Y hago la precisión porque supongo que lo que nos dijo, nos lo dijo, al estar pésimamente vestidas.
Luego de caminar y conversar por el malecón Cisneros, viendo ratas y perros cagar en las aceras, llegamos al lugar como que temprano. Éramos 7 personas. Al entrar, nos recibió Pold, muy atento él.
Al acercarse nos empezó a hablar una seria de cosas que nadie entendió. Pero cuando dio dos pasos hacia atrás, luego dos hacia adelante y nos dijo:
“Aquí las cosas son muy caras, pero si se quedan no se van a ir al toque, eso sería muy rochoso, (hizo una breve pausa y continuo) bueno, se van a quedar o ¿no?”
Ahí lo entendimos todo.
Al regresar (supuestamente a tomar una sola cerveza en el primer hueco que caigamos), las personas fueron bajándose en el camino y sólo quedamos 4. Llovía mucho y Estrella maldecía cada bloque de cemento liso que pisaba.
Entre chela y chela, salieron muchas conversas interesantes. Y aunque la mayoría sea menor que yo, aquellas conversas son siempre reconfortantes. Me hacen recordar mi adolescencia, ese ímpetud de libertad y alegría que muchas veces me falta. Nosé ¿a donde se fue?
El crecer es feo y triste, pero más feo aún es cuando creces y te das cuenta que eres todo lo que algún día, en una mesa con una botella de cerveza semi llena, criticaste y maldeciste en los demás.
El crecer es feo. Sí, muy feo. Pero es terrible cuando habiendo crecido en tamaño (algunos se quedan en el mismo que cuando tuvieron 13) pero tu cerebro se paraliza en el tiempo y se retrotrae poco a poco hasta hacerse chiquitito como tu cuerpo.
Hoy recibimos una madre choteada. Nos sentimos recontra discriminadas. Claro, vale decir que no estuvimos de lo mejor presentadas. Pero una invitación es una invitación y si tu profesor te dice que va a presentarse en una local, pues así sea bueno, feo, caro o barato, los alumnos van a ir a checarte ¿no?.
En fin, luego de rabiar y maldecir a los dioses por la existencia de un ser tan inhumano (lo digo por el hdp que me dijo: “permiso, por favor” y puso una barra de acero entre la puerta y mi cuerpo) nos fuimos a tomar “una” cerveza, que resultaron siendo dos márgaros.
Ya cuando la rabia se nos pasó, pude entender que no lo hizo en mala onda. Lo hizo por que él es así. Ya, ya, esta bien, se llama Pold Gastello y nos invitó, a verlo en una especie de impro que iba a realizar en Mama Batata en Larcomar.
En realidad fue muy gracioso todo lo que paso. Pold nos dijo que el show iba a comenzar a las 9:30pm. Como nosotros salimos de clase a las 8:30pm y la escuela esta muy cerca de Larcomar, decidimos ir después de clase. Sin cambiarnos. Y hago la precisión porque supongo que lo que nos dijo, nos lo dijo, al estar pésimamente vestidas.
Luego de caminar y conversar por el malecón Cisneros, viendo ratas y perros cagar en las aceras, llegamos al lugar como que temprano. Éramos 7 personas. Al entrar, nos recibió Pold, muy atento él.
Al acercarse nos empezó a hablar una seria de cosas que nadie entendió. Pero cuando dio dos pasos hacia atrás, luego dos hacia adelante y nos dijo:
“Aquí las cosas son muy caras, pero si se quedan no se van a ir al toque, eso sería muy rochoso, (hizo una breve pausa y continuo) bueno, se van a quedar o ¿no?”
Ahí lo entendimos todo.
Al regresar (supuestamente a tomar una sola cerveza en el primer hueco que caigamos), las personas fueron bajándose en el camino y sólo quedamos 4. Llovía mucho y Estrella maldecía cada bloque de cemento liso que pisaba.
Entre chela y chela, salieron muchas conversas interesantes. Y aunque la mayoría sea menor que yo, aquellas conversas son siempre reconfortantes. Me hacen recordar mi adolescencia, ese ímpetud de libertad y alegría que muchas veces me falta. Nosé ¿a donde se fue?
El crecer es feo y triste, pero más feo aún es cuando creces y te das cuenta que eres todo lo que algún día, en una mesa con una botella de cerveza semi llena, criticaste y maldeciste en los demás.
El crecer es feo. Sí, muy feo. Pero es terrible cuando habiendo crecido en tamaño (algunos se quedan en el mismo que cuando tuvieron 13) pero tu cerebro se paraliza en el tiempo y se retrotrae poco a poco hasta hacerse chiquitito como tu cuerpo.
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