Qosqo

Posted by ... | Posted in | Posted on 30.6.10


Viaje con un poco de inseguridad sobre mi estado de animo en la ciudad, era la primera vez que viajaba completamente sola, por mi cuenta, alone, yo y yo juntas… y bueno, ya saben que mi permanente estado de analizar(me) me sigue a todas partes y huir de mí no funciona; así que decidí apostar una vez mas, este año, por una nueva experiencia conmigo misma.


Que mejor bienvenida que una banda en la plaza. La verdad, una banda sin compañía no es lo mismo, da un poco de tristeza, melancolía sea la palabra exacta, pero me enfrente a eso. En medio de la plaza, con una mochila que pesaba un poco mas que yo, un canguro y una cartera de flores prendidas, nadie podía ser mas exacto en definirme como una recién llegada, pero como en Cuzco cada minuto se presenta una escena parecida, nadie me miró raro pero sí muchos se me acercaron para ofrecerme hoteles, paquetes turísticos y hasta masajes… el hotel ya lo tenía definido El Chaski sería para mí, mi primera estadía, estaba barato y frente a la plaza; lamentablemente el cuarto simple con baño propio que me ofrecieron por 50 soles, más se parecía a un cuarto de baño que a una habitación. Resultado: por 5 soles más me fui a una matrimonial.




La verdad tuve bastante suerte. En una ciudad donde el ser humano es una mercancía, un producto que se consume por sí mismo, tuve la suerte de encontrarme con gente bastante buena.


Las noches en Cuzco, por esta época, son bastantes pero bastantes frías. Nadie me aviso y tampoco tuve la diligencia de averiguar que en Junio empiezan las heladas; felizmente lleve ropa abrigadora, que no atreví a lavar durante los 8 días que estuve por allá, la mugre abriga y en la sierra los olores no tienen cabida.


Recorrí la ciudad por mi cuenta, las ruinas que integran el famoso city tour tienen una magia especial si vas caminando sola, sintiendo en cada paso la tierra apoderarse de ti… no creo en ésa típica energía que dicen tener las ruinas de Cuzco, creo firmemente que las energías están en uno, estés en donde estés…



Uno de los mejores momentos de esos ocho días fue cuando caminé con una señora con faldones por la carretera que nos conducía a las ruinas de Sacsayhuamán; ahí comí un menú de 3.50, en una casa de adobe con hombres quechua-hablantes, que no entendía ni un carajo y que se reían de mí cada vez que pasaban del castellano al quechua y con ello mi cejas, de abiertas a fruncidas…


El Huayna Picchu y toda la caminata que viene junta fue divertido, pero nunca tanto como caminar, completamente sola todo le resto de la ruina del Machu Picchu… en especial ésa zona que nadie recorre porque las personas están tan cansadas que prefieren bajar a Aguas Calientes y reposar sus pies, en lugar de hacerlo en el pasto, mirando el valle del Urubamba; eso pasó con el grupo que armamos en la caminata… se regresaron justo cuando ya los toures se alejaron, y las viejas y viejos extranjeros no estaban a tu alrededor cagándote la foto… o sea, en el mejor momento.

Yo sí lo disfrute. Repito no creo en la energía, porque uno mismo la lleva puesta, pero estar ahí, acompañada del silencio, de mis pasos y de las vizcachas fue lo mejor que pude sentir… eso y unas chicas que me creyeron su destino trazado al entrar a una cueva (de puro curiosa) y atraparlas in fraganti en una especie de ritual… a las finales el ritual fui yo… fue bonito.



Lo jodido de las ruinas es que entre todas las opciones que tienes para ir, la peor es ir sola. Lo digo por el costo. Sacando cuentas, y sólo comiendo un menu de 5 soles (tallarines verdes quemados con papa a la huancaina, lo maaaas barato que puedes encontrar en Aguas Calientes) y mi cuarto que me costo 25 soles, un peruano gasta US$100 ida y vuelta a Machu Picchu ¡caraso!


¿Qué si vale la pena? … 100 cocos…mmm… lo pensaría la verdad. Hey, no soy menos peruana por pensar así... la economía nos agarra a todos de diferente manera y las valorizaciones son muy subjetivas.


Llegue a la ciudad a las 2am… con la helada encima mío… inmediatamente un caldo de gallina ponedor… ya para esa epoca me habia mudado a un hospedaje, que no tiene nombre pero que se le conoce, en el barrio de San Blas, como el hospedaje de Carmencita y que es simplemente maravilloso… ahí conocí a varias personas divinas.


En resumen, aparte de las ruinas y todo lo lindo y maravilloso que puede ser Cuzco, lo que a mi más me gusto de mi viahe fue:


Leerme dos libros bajo un sol enormemente maravilloso, tomar un desayuno con mate argentino (un poco agrio) entre putas, joderes, coños y pendejos; jugar a la “yan ken po” al estilo español, francés, argentino y peruano; bajar en picada por la bajadita de San Blas, cagándome de la risa con un español que acaba de conocer y un argentino que era poco más un caballero… tener la plena libertad de ser yo, completamente yo, sin miedos ni preguntas, hablar como mi puta gana, conocer gente que piensa igual que yo y descubrir que no estoy loca, que mi forma de ser, de pensar y de querer vivir, si bien no forma parte del común de la gente aquí en Perú, sí existen personas que piensan igual que yo y que son tan radicales como yo, pero que tienen los huevos de hacerlo (bueno también tienen un Estado que les paga la vagancia) pero lo mejor fue convencerme que mis ideas no están fuera de esta planeta y que no soy un lunar, quizás una peca… pero un lunar ya no…



La Ducha

Posted by ... | Posted in | Posted on 19.6.10

nos gusta ducharnos después
(a mí me gusta el agua más caliente que a ella)

y su rostro siempre está suave y lleno de paz

y ella me lava primero

me extiende el jabón por los huevos

los levanta

los aprieta,

luego me lava la polla:

"¡oye esto sigue duro!"

luego me lava el vello de ahí abajo,

la tripa, la espalda, el cuello, las piernas,

yo sonrío sonrío sonrío,

y después la lavo yo a ella...

primero el coño,

me pongo detrás, mi polla en sus nalgas

suavemente enjabono los pelos del coño,

lavo ahí con un movimiento suave

tal vez me detenga más de lo necesario,

luego las piernas por detrás, el culo,

la espalda, el cuello, la hago girar, la beso,

enjabono los pechos, luego la tripa, el cuello,

las piernas por delante, los tobillos, los pies,

y luego el coño, una vez más, para que me dé suerte...

otro beso, y ella sale primero,

se seca, a veces canta mientras yo sigo allí

pongo el agua más caliente

disfrutando los buenos momentos del milagro amoroso

luego salgo...

normalmente es por la tarde y todo está tranquilo,

y mientras nos vestimos hablamos sobre qué otra cosa

podríamos hacer,

pero el estar juntos resuelve casi todo,

en realidad, lo resuelve todo

porque mientras esas cosas estén resueltas

en la historia de una mujer y

un hombre, es diferente para cada cual,

mejor y peor para cada cual...

para mí, es tan espléndido como para recordarlo,

tras la marcha de los ejércitos

y de los caballos que pasan por las calles afuera,

tras los recuerdos del dolor y el fracaso y la desdicha:

Linda, tú me has traído esto,

cuando te lo lleves

hazlo lenta y suavemente

hazlo como si estuviera muriéndome en sueños en lugar de

en vida, amén


Charles Bukowski