otra vez viviendo entre cajas

Posted by ... | Posted in | Posted on 17.7.11

Otra vez estoy viviendo entre cajas. Otra vez en la casa de mi hermana. Otra vez incomodando e incomodándome. Otra vez esperando que llegue la casa deseada o por lo menos, algún lugar donde me sienta cómoda y segura.

Ayer fui a ver uno. No era muy grande (eso está bien) pero me parece que en éstos cuatro años me he llenado de cosas. Lo digo porque, si bien el depa que visité era pequeño, lo cual está bien para mi, las cosas que tengo guardadas en la cochera de la casa de mi hermana, superan los limites espaciales de los tres cuartos o espacios que tenía ese depa.

Ni modo, a seguir buscando.

Este tiempo de silencio y posts indescifrables han sido de mucho aprendizaje. Lo digo no sólo porque conviviendo con tu pareja se aprende, sino porque también he dado respuestas a varios acertijos que inundaban mi cabeza.

Lo primero que he aprendido es que el querer enamorarse es diferente al estarlo. Sé que el amor es razonado, que uno decide amar a alguien y a comprometerse, pero también sé que el amor debe nacer primero para luego tomar la decisión de quedarse por un tiempo (largo o chiquito) con esa persona.

También sé que esta vez me equivoqué. Me equivoqué porque me enceguecí con alguien de la que no estuve enamorada por el sólo hecho de cumplir un sueño. Lo quise y mucho pero amor, amor, no sentí. Creo que una sola vez he sentido amor y si en realidad existe eso del único amor en tu vida, pues el mío se me fue.

Aprendí también que uno no puede dejarse invadir de manera rápida. Que el espacio, el refugio, tu lugar, debe y tiene que seguir siendo de uno. Que dar mucho o todo no debe significar dejar de ser uno.

Una vez un amigo me dijo que el ser humano es dual en sus defectos. Defectos que se encuentran en la personalidad y defectos que se encuentran en el carácter. Éstos deben ser moldeables, pero aquéllos no. ¿Por qué? pues por que simplemente dejamos de ser. Lamentablemente, toparse con una persona que no piensa lo mismo, duele. No lo culpo porque quizás yo tampoco lo entendía o no lo quería entender. Lo sabía, sí, pero me daba miedo aceptarlo.

No voy a negar que lloré, que me dolió aceptar un fracaso más, que su actitud me dolió (y me duele) pero no sé porqué razón siento que fue lo mejor. Digo, pensé que la separación me iba a matar, pero creo que un gato no soy y que si ya me mataron una vez, ya no hay forma que lo vuelvan hacer.