Posted by ... | Posted in | Posted on 11.12.09


En nuestras vidas americanas, donde no hay coacción a las costumbres y tenemos derecho a cambiar nuestra vocación con tanta frecuencia como se desee y sea posible, es una experiencia corriente que nuestra juventud se prolongue durante los primeros veintinueve años de vida y sólo al llegar a los treinta descubrimos, por fin, la vocación para la que nos sentimos capacitados y a la que voluntariamente dedicamos un esfuerzo constante.

Gertrude Stein, 1904.


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