Un leve adios....

Posted by ... | Posted in | Posted on 27.10.08

¿Y si te digo que te extraño? ¿Me creerías?

Ya está. Se lo había dicho sin el menor titubeo, sin el fastidioso tartamudeo que se le presentaba cuando estaba nerviosa. Él, sin mirar y casi adivinando la situación, la cogió por los hombros y extendió sus brazos por detrás de su espalda, la abrazó muy fuerte, como a ella le gustaba, y sonrió.

Pero claro que te creo, yo también te he extrañado.

Pero fue inútil el intento de cederle tranquilidad. El tiempo pasa y mata pasiones, y para él, el tiempo había pasado hace mucho. Sus ojos no pueden ser tan claros, sus manos, toscas y varoniles, ya no sostienen como antes. Definitivamente ya no es él, piensa.

Él se voltea y sigue caminando. Sus piernas galopean el mojado piso limeño. Ella, a su costado, lo mira tratando de entrar en sus ojos, tratando de pensar lo que piensa, de sentir lo que siente, de entrar en él, pero no lo logra; y siente mucha cólera por no hacerlo, siente cólera porque no entiende cómo llegó esta situación, ¿Cuando dejo de ser culpable para convertirse en víctima?, ¿Cuando ese brillo entre los dos se apago?, ¿Cuando?

Bueno, chiquita, aquí me quedo yo.

Se agacho, le dio un beso en la mejilla, una caricia en la nuca y se fue. No tuvo tiempo para hablar. Todo había sido tan sutil, tan educadamente preparado que ella no supo reaccionar ante tal vulgar y gentil abandono de cuadra.

Él camina solo, con sus largas piernas, trazando su camino. No importa que pase fuera, lo importante siempre esta dentro. Soy cortés y valiente, y si las personas no entienden por las buenas, no me gusta decírselo a la mala, pero de alguna manera tendrán que aprender ¿no?...

Comments Posted (0)