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10.12.08
Para su entretenimiento. Si lo entienden me avisan.
EN UNA SESION CON EL PSICÓLOGO
- Pero dime exactamente ¿qué es lo que sientes?
- Es como querer hacer nada y mirar un punto fijo, y quedarse así, mirándolo, por el rato s-u-f-i- c-i-e-n-t-e. Lo bueno de este momento es que no existe el tiempo. Sí, el tiempo no pasa, o pasa pero no avisa. Así las cosas, la desesperación no existe. Todo es vano y trivial… pero los miedos, los miedos se acercan cada vez más.
De pronto te buscan y les gustas. Luego los buscas y te gustan. Después piensas en ellos como cuando recuerdas un lindo momento que invade todo tu cuerpo y te paraliza un instante, ese instante donde el presente no importa, el pasado no existe y el futuro… ¿hay futuro?
Pero, de nuevo llegan las preguntas que circundan tu cabeza. De nuevo ese “por qué” jamás respondido. Te odias. No vales nada al lado de tanta porquería junta. Te miras y eres peor que todo eso, peor que todo lo más aborrecible de este mundo. Y mientras la libido recorre tu cuerpo frotándose como un muñeco… ¿qué culpa tiene ese muñeco? ¿qué culpa el de ser un muñeco apetecible?... te odias más. De nuevo ese horizonte en la avenida, lleno de autos planos sin verticalidad… no sirves pues, no sirves…pero… ¡las pastillas! Dígame, ¿calmarán todo esto?...
De pronto te buscan y les gustas. Luego los buscas y te gustan. Después piensas en ellos como cuando recuerdas un lindo momento que invade todo tu cuerpo y te paraliza un instante, ese instante donde el presente no importa, el pasado no existe y el futuro… ¿hay futuro?
Pero, de nuevo llegan las preguntas que circundan tu cabeza. De nuevo ese “por qué” jamás respondido. Te odias. No vales nada al lado de tanta porquería junta. Te miras y eres peor que todo eso, peor que todo lo más aborrecible de este mundo. Y mientras la libido recorre tu cuerpo frotándose como un muñeco… ¿qué culpa tiene ese muñeco? ¿qué culpa el de ser un muñeco apetecible?... te odias más. De nuevo ese horizonte en la avenida, lleno de autos planos sin verticalidad… no sirves pues, no sirves…pero… ¡las pastillas! Dígame, ¿calmarán todo esto?...
- No lo sé. Sigue contándome.
- Y de nuevo nace la pregunta sobre si vivir así, es vivir… porque aquí se siente la vida como vida. Ves al resto en vitrinas y espejos que posan riendo. Son peces en la pecera y yo tengo el hocico pegado en el vidrio. ¿Entiende? Yo he llegado a tocar el vidrio de la pecera. Pocos somos, pocos los que nos preguntamos tanta mierda junta, pocos los que vivimos así, con la mierda encima, con esta piel que se estira mientras pasan los años, que sólo sirve para eso, para estirarse, para esconderse…
- ¿Cómo así?
- Es como cuando todo se acaba, todo se cierra, un apagón y de pronto risas, saludos y felicitaciones, brazos largos que abrazan fuertemente, que te empujan hacia ese lado no deseable, hacia ese más allá donde todos están, donde todos estamos…
- No te entiendo, explícate por favor.
- ¡Así, así, así! Palabras y más palabras para comunicar algo que se siente, algo que está dentro sin ser visto, sin ser sentido, sin ser vivido. Palabras para decir lo mucho que lamentas esta situación, lo mucho que te odias por no poder entrar ahí, donde todos están, ahí donde nunca estuviste, ahí donde todos son felices (¿y comen perdices?). Lo siento. No hay palabras.
- Entonces, ¿qué es lo quieres?
- No mas piedad, no mas dolor, no mas “ay’s”, no mas sentidos, no mas vida, no mas adioses, no mas renuncias, no mas cambios, no mas rutina, no mas miedos, no mas yo.
- Uhmm, entiendo. Bueno, la sesión terminó por hoy, seguimos el próximo viernes, ¿te parece?
- Yo me quiero quedar acá, así, viendo ese punto medio negro medio gris. No me importa que no le importe, no me importa que no me mire, no me importa que no me hable, no me importa no verlo nunca más… la verdad, nada me importa ya… sólo una cosa: sentir algo. Sólo poder entrar sin ser visto, entrar como todos lo han hecho ya.
- Yo me quiero quedar acá, así, viendo ese punto medio negro medio gris. No me importa que no le importe, no me importa que no me mire, no me importa que no me hable, no me importa no verlo nunca más… la verdad, nada me importa ya… sólo una cosa: sentir algo. Sólo poder entrar sin ser visto, entrar como todos lo han hecho ya.
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