Just do it

Posted by ... | Posted in | Posted on 26.8.08

“Just do it” me dijo con esa expresión que siempre tiene al decir cosas importantes que él sabe, las aplicaré. Me contó que los problemas sicológicos se separan en dos grandes grupos. El primero de ellos se encuentra en la parte del inconciente, que no dependen de la voluntad y que para curarlos se utiliza el psicoanálisis. El segundo de ellos se encuentra en la parte conciente, los cuales dependen de la voluntad y que son los más difíciles de solucionar - claro pues, si dependen de la voluntad, es bien cagado que uno pueda combatirlos. También me dijo que muchas personas no hacemos las cosas porque vivimos en un pasado anhelado o en un futuro incierto y es por eso que perdemos mucho tiempo en el ahora, tratando de recordar cosas hechas o tratando de proyectarnos en situaciones aún no construidas. Por eso, me dijo, hay una sola manera de hacer las cosas, y es ¡ahora!

Luego de un largo silencio dije: yo quiero dejar de fumar. Él me miró, con esa mirada tan pacífica que siempre tiene antes de pronunciar algo obvio y dijo: hazlo ahora pues, ¡apaga ese cigarro!

Me contó que esto de dejar adicciones es una batalla del día a día. Es un decir diariamente: “hoy fumaré tres cigarros” y tratar de fumar sólo tres cigarros. Al día siguiente decir: “hoy fumaré dos cigarros” y, obviamente, sólo fumar dos cigarros; y así diariamente ponerte metas razonables hasta llegar a decir: “hoy no fumaré nada” y tratar de cumplirlo con toda la voluntad posible. La verdad, no es la primera vez q me cuenta esas cosas, desde hace bastante tiempo me viene lavando la cabeza con esto de dejar de fumar. Pero ese día al salir de aquella oficina (1pm) no fumé nada hasta después de almorzar (3pm). En estados habituales me hubiera fumado cinco cigarros en esas dos horas.

Para ser sincera no fue lo que me dijo el sico lo que hizo que no fumara en dos horas; lo que hizo que no fumara fue un dolor en la espalda que traigo desde hace cinco días, que luego consultando con amigos médicos y enfermeras, supe que aquél dolorcito venía de los pulmones. Obviamente me asusté mucho, así que pensé que ya era hora de bajarle.

Desde el domingo estuve fumando solo tres cigarros al día y me sentía muy contenta de hacerlo; sin embargo, sabía que el día lunes era mi día de prueba en el trabajo. Creo que el dolor pudo más y pude superar aquella prueba pues sólo fumé tres cigarros en todo el día, incluido el estar sola en mi casa.

A la mañana siguiente me sentía muy contenta, sentía que la batalla iba a ser fácil de ganarla y hasta pensé en lo que dijo el sico, esto de hacerlo
!ya! sin esperar mañana ni pensar en el ayer, pues daba resultado. Ese día me fumé cuatro cigarros. Igual seguía pensando que era varolable lo que estaba haciendo, bajar mi consumo de una cajetilla diaria a sólo cuatro cigarros pues es recontra varolable ¿no creen? Lo que trataba de hacer era no desesperarme mucho y calmar la ansiedad con otras cosas, como por ejemplo, tomar un litro de agua seguido o mezclar agua con chocolate – cosa asquerosísima para mí y mi estómago – así quedaba con una sensación tremendamente horrible en mí y las ganas de fumar se iban corriendo. Lamentablemente, durante estos tres días de preparación, no conté con la astucia de un día pésimo en el trabajo, esos en los que quisieras tener alas y salir, literalmente, volando de la oficina.

Ahora sé que esta batalla va a ser más dura, ya voy por el quinto o sexto cigarro, no recuerdo mucho porque también estoy tomando y acabando este relato iré a comprar más chela y más cigarros. Mi espalda sigue doliendo, prefiero pensar que es un dolor muscular y no otra cosa, pero con el licor supongo que calmará. Esto de vivir sola tiene sus desventajas, las metas sólo dependen de uno y los límites también. ¿La voluntad dijo?

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