Que bonita vecindad
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7.8.08
El del Segundo Piso.
Salió por su ventana y se presentó, me dijo que lo disculpara por haber ocupado mi estacionamiento y por haber movido mi bicicleta hacia otro lugar, pero que él creía que aquél auto negro, ocupando su sitio, era el mío. Yo lo saludé con una sonrisa y con la misma sonrisa le dije que yo no tenía auto, que sólo tenía bicicleta; él no hizo gala de mi broma o quizás no la entendió pero no se rió, sólo me miró con gesto consternado pensando quizás ¿no tienes auto? No le hice caso y le dije que iba a dejar mi bici frente a su carro – que estaba cuadrado en mí sitio - total una bici no ocupa mucho espacio y se entendía que ambas cosas podían permanecer juntas. Al parecer esto último tampoco le agradó pero igual me dijo que no había problema (sí, claro). Ahora su auto está hacia un lado del parqueo y mi bici ocupa todo un lugar habilitado para un auto. Se ve bien chistosa. ¿No que no había problema?
El del Primer Piso
Eran las 7 de la mañana del día domingo, luego de una bomba atroz de la noche anterior, me encontraba plácidamente dormida en mi camita donde hacía tiempo no dormía y de pronto unas risas mezcladas con gritos me despertaron. Lo primero que sentí fue un dolor de cabeza espantoso y un fuerte ardor en los ojos, producto de una larga noche de excesos. Me asomé por la ventana y observé a dos chicas y dos chicos bajarse de un auto color rojo. Luego entraron al edificio y, cuando ya había decidido calmar mis dolores en los brazos de Morfeo, escuché dentro de mis orejas una salsa de aquéllas. Una bulla impresionante salía del primer piso. Yo me preguntaba si quizás aquellos chicos no se habían percatado que eran las siete de la mañana del día domingo, que la noche ya había acabado, que no estaban dentro de una casa, que estaban en un edificio y que encima de ellos, y un piso mas arriba, habían personas DURMIENDO. Cerré todas mis ventanas y tapé mi cara con la almohada pero lo único que logré fue escuchar los mínimos movimientos de aquéllos juergueritos irrespetuosos y el timbre de mi intercomunicador sonar y sonar y sonar y sonar mas! me levanté y descolgué el intercomunicador.
A las 9am las chicas se fueron y todo volvió a la calma menos mi sueño que se había ido para no volver nunca más, pero los achaques invadieron mi cuerpo por completo durante todo el día.
¿¿¿Que hago yo acá???
El día de ayer por la noche, aproximadamente a las 11:30pm el chico del primer piso llegó con sus amigotes y amiguitas a su departamento a TONEAR! No aguanté más y a la 1am cuando ya no podía dormir, llamé a serenzago para que los callaran. No tolero la bulla y menos aún a los toneritos que viven como si el mundo fuera a acabarse y les importa un carajo las personas que viven alrededor.
Salió por su ventana y se presentó, me dijo que lo disculpara por haber ocupado mi estacionamiento y por haber movido mi bicicleta hacia otro lugar, pero que él creía que aquél auto negro, ocupando su sitio, era el mío. Yo lo saludé con una sonrisa y con la misma sonrisa le dije que yo no tenía auto, que sólo tenía bicicleta; él no hizo gala de mi broma o quizás no la entendió pero no se rió, sólo me miró con gesto consternado pensando quizás ¿no tienes auto? No le hice caso y le dije que iba a dejar mi bici frente a su carro – que estaba cuadrado en mí sitio - total una bici no ocupa mucho espacio y se entendía que ambas cosas podían permanecer juntas. Al parecer esto último tampoco le agradó pero igual me dijo que no había problema (sí, claro). Ahora su auto está hacia un lado del parqueo y mi bici ocupa todo un lugar habilitado para un auto. Se ve bien chistosa. ¿No que no había problema?
El del Primer Piso
Eran las 7 de la mañana del día domingo, luego de una bomba atroz de la noche anterior, me encontraba plácidamente dormida en mi camita donde hacía tiempo no dormía y de pronto unas risas mezcladas con gritos me despertaron. Lo primero que sentí fue un dolor de cabeza espantoso y un fuerte ardor en los ojos, producto de una larga noche de excesos. Me asomé por la ventana y observé a dos chicas y dos chicos bajarse de un auto color rojo. Luego entraron al edificio y, cuando ya había decidido calmar mis dolores en los brazos de Morfeo, escuché dentro de mis orejas una salsa de aquéllas. Una bulla impresionante salía del primer piso. Yo me preguntaba si quizás aquellos chicos no se habían percatado que eran las siete de la mañana del día domingo, que la noche ya había acabado, que no estaban dentro de una casa, que estaban en un edificio y que encima de ellos, y un piso mas arriba, habían personas DURMIENDO. Cerré todas mis ventanas y tapé mi cara con la almohada pero lo único que logré fue escuchar los mínimos movimientos de aquéllos juergueritos irrespetuosos y el timbre de mi intercomunicador sonar y sonar y sonar y sonar mas! me levanté y descolgué el intercomunicador.
A las 9am las chicas se fueron y todo volvió a la calma menos mi sueño que se había ido para no volver nunca más, pero los achaques invadieron mi cuerpo por completo durante todo el día.
¿¿¿Que hago yo acá???
El día de ayer por la noche, aproximadamente a las 11:30pm el chico del primer piso llegó con sus amigotes y amiguitas a su departamento a TONEAR! No aguanté más y a la 1am cuando ya no podía dormir, llamé a serenzago para que los callaran. No tolero la bulla y menos aún a los toneritos que viven como si el mundo fuera a acabarse y les importa un carajo las personas que viven alrededor.
no olvides a la insoportable YANINAAA jaja bueno ami esas cosas suelen suceder, solo te volvere a repetir mi frase favorita: "recuerda q a pesar d todo.. aun existo :)"